Mural de Diego Rivera en Acapulco
Este mural de Diego Rivera se encuentra en la fachada de una de las casas que se considera un tesoro de la historia contemporánea mexicana. El mural ahora pertenece a la Sra. Dolores Olmedo y fue creado en 1956, hecho con mosaicos de colores, piedras y conchas marinas.
Considerado como una de las obras de arte cultural más importantes de Acapulco
El mural fue una de las últimas obras que el artista creó antes de su muerte. En ella se presenta la Serpiente Emplumada Quetzalcóatl (Serpiente Emplumada de Quetzalcóatl), un dios azteca que fue forzado a abandonar estas tierras por sus enemigos pero que prometió regresar un día.
Historia
Entre 1956 y 1957, Rivera vivió en Acapulco mientras se recuperaba de un cáncer y fue entonces cuando creó las obras que se encuentran aquí. Esta casa representa un patrimonio cultural y es un testigo vivo del arte de Diego Rivera en Acapulco.
Se puede apreciar el mural ubicado en la pared exterior llamado Exekatlkalli, una pintura escultórica donde se puede apreciar a los dioses Quetzalcóatl y Tlaloc, de la cultura azteca. Quetzalcóatl, el Dios de los dioses, la deidad más importante de los pueblos prehispánicos, se representó con la proverbial maestría de Rivera y, finalmente, se cubrió con un mosaico para su preservación.
Dolores Olmedo Patino nació en la ciudad de México el 14 de diciembre de 1908 y murió en julio de 2002. Diego hizo un cuadro desnudo de Dolores Olmedo, una niña de 12 años, para disgusto de su madre, la profesora Maria Patino Suárez.
En agradecimiento, Diego creó a lo largo de la pared exterior de su casa, originalmente llamada La Casa de los Vientos, un mosaico que representa a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada del dios azteca y Xoloitzcuintle, el perro prehispánico.
El jardinero nos permitió entrar para ver los mosaicos del techo de tejas. Lola (Lolita) fue el dulce término de Diego para Dolores Olmedo. Diego nació en Guanajuato, “El lugar de las ranas” y las palabras amorosas de Olmedo para Diego fueron “Tú eres mi amada rana”.
Una rana como él, una paloma que simboliza su amor por el país y la hoz y el martillo que abrazan su comunismo adornan el techo. Un simpático perro prehispánico xoloitzcuintle con piel sensible negra sin pelo, con bigotes en la cara y sin dientes (una peculiaridad genética) recorría el jardín